Por: Pablo Velásquez Mamani[1]
El pasado 15 de septiembre
del año en curso se presentó un
libro denominado: Estado Federal Aymara de Kawi Castaya, texto que por primera
vez es el intento de presentar y fundamentar el Nacionalismo Aymara[2].
La idea nacionalista étnica no es nueva, y es algo en que la
generación actual “indianistas-kataristas” confluye, pero desde diferentes
perspectivas.
Sin embargo, esta propuesta necesita de mayores argumentos
para lograr su objetivo. Motivo por el cual me veo en la necesidad de presentar
algunas premisas iniciales y perfectibles al respecto, no sin entrar en debate
y provocación con los contrarios al aymara.
El legado del
indianismo y katarismo
Hace un par de meses en un artículo breve, dejé por sentado,
que el indianismo y katarismo son
ideologías de transición, aún vigentes, aún útiles, pero inacabadas.
No obstante, son la cimiente del nacionalismo Aymara, ideologías proto-nacionalistas. Y como discurso (acción) inicial tiene limitaciones
pues son hijos de su tiempo y su perspectiva.
Ambas hablan del aymara, el indianismo del kechua-aymara, el
katarismo del kolla (aymara-kechua).
Por lo último puede deducirse que entre los las distintas
vertientes de indianismos y katarismos, asumimos dos como las más importantes.
Esto en el entendido de la construcción de una teoría política. Desde luego,
nos referimos a Fausto Reinaga en el indianismo y Fernando Untoja en el
Katarismo.
Las proposiciones fundamentales redimibles de ambos: la
liberación India y la hegemonía Kolla, existe una continuidad e influencia
innegables para el buen lector y entendimiento, a pesar de la tozuda
insistencia en diferenciarse
personalidades y subjetividades.
Se advierte que la liberación india, mediante la constitución
del poder indio, y su oposición: indio-blanco, habla y busca la nación india
(kechua-aymara). Cuando Reinaga habla del indio dice: “el indio no es una clase
social, el indio es una nación”
La hegemonía Kolla, la lógica del ayllu y su rivalidad, identifica
mejor a la nación: la Aymara (kechua) o Kolla. Cuando Untoja explica lo Aymara,
lo hace en términos de: “la nación Aymara”
Sin duda, es evidente el tratamiento y el fundamento de la
nación en nuestros dos autores. Pero ni Reinaga ni Untoja llegan a ser
nacionalista Aymaras.
Nación y
globalización: más allá de la lengua
Dos de las peroratas más usadas para contradecir al
nacionalismo se refieren: a la globalización y la lengua.
Estas superficiales controversias se deben a la
incomprensión de lo evidente y la aparición de mitos contemporáneos.
El fundamento del mito de la globalización significa la
suposición de la ciudadanía universal. Y la imposibilidad de sociedades
cerradas. Pero la ciudadanía universal,
no es más que la otra cara de la moneda y el extremo del provincialismo. No existen sociedades cerradas, ni ciudadanía
universal, son solo pretensiones.
El mundo actual está compuesto por naciones y su
organización de Estados, y su máxima representación son la Naciones Unidas. Esa
es una constatación sencilla e inobjetable, y los discursos exacerbados o
reduccionistas son tan solo especulaciones antojadizas.
En la antigüedad, en el medievo, en la modernidad, y en la
actualidad se supuso una globalidad
territorial. Naciones aparecen y desaparecen;
la ilusión de que la historia está acabada no puede darnos un norte de movimiento.
Sino implica las condiciones de nuestra época, y la capacidad de adaptación a
estas circunstancias.
La nación Aymara ha demostrado capacidad para esa
adaptación, y potencialidad para desarrollarse.
Toda nación busca su Estado propio. La nación aymara busca
su soberanía política, busca su Estado Aymara, para existir y aportar a este
mundo.
Muchas veces se reduce la nación a la lengua, pero la
historia mundial, ha demostrado que la lengua es un elemento más de la nación.
Se pregona que el aymara que no sabe hablar la lengua
aymara, jaqe aru, ya no es aymara. Incluso que el que no es campesino, ya no es
aymara. Y reduce al aymara a una simple clase social, o una determinación
culturalista. Tales aseveraciones no comprenden qué es la nación Aymara y
buscan la negación de lo aymara y su “avance”, para excusarse e
instrumentalizarlo como: mestizo, campesino o proletario.
Pero el aymara en la actualidad, se halla mayoritariamente
en las ciudades y es mayoría poblacional, se dedica al comercio y la
manufactura, habla varios idiomas, tiene estudios superiores, y viaja por el
mundo, es decir el aymara está globalizado, es moderno.
Muchos de ellos ya no manejan la lengua originaria, usan el
castellano, el inglés para transmitir sus ideas y demandas, usan el mandarín,
el portugués para hacer negocios, pero no por ello dejan de ser aymaras, solo utilizan otras lenguas para progresar y crecer,
como otras naciones también lo han hecho.
La nación no solamente es la lengua, es muy importante
ciertamente, pero no lo es todo. Si se hace la inversión lógica o parangón a
otros contextos, podrá notarse la falacia.
Entonces la nación Aymara es más que la lengua, y el aymara
es un ser moderno y globalizado. El aymara “hablará” plenamente su lengua y “existirá”
en el mundo cuando tenga su propio Estado.
El nacionalismo
aymara y sus cualidades
La historia de los nacionalismos es tan diversa como la
cantidad de naciones. Pero cierto es que nos hallamos en un mundo de naciones
(Estado).
Podemos hallar naciones tan tradicionales y de larga data como
la India o la China, Modernas con un criterio de autoidentificación como la
Suiza, descolonizadas como Sudáfrica, de combinación entre tradición y modernidad,
como Pakistán, Japón y Corea, o federadas como EE.UU.
Toda nación busca su camino de constitución, su
nacionalismo. Porque el nacionalismo es solución planteada por la misma
población, es la solución dada por el ser nacional, es una propia respuesta de
acuerdo a las características de la nación.
El nacionalismo Aymara es una respuesta a la nación Aymara,
a sus necesidades y aspiraciones específicas. Consecuentemente, no como puede
ser como otro, no puede imitar otra nación. Su destino, su futuro es decisión
propia. He ahí donde reside la soberanía nacional, la soberanía de la
población. Es decir, de Aymaras para Aymaras.
Resumidamente las cualidades del nacionalismo Aymara
deben entenderse como:
Respuesta ante la insuficiencia o el legado del indianismo
y katarismo
Respuesta fehaciente y alternativa al marxismo, al anarquismo y al nacionalismo boliviano.
Razón gnoseológica social o una sociología de lo
nacional.
Solución a la colonización y la fragmentación social y
ontológica.
La reconstitución nacional Aymara.
Forma de existir en un mundo globalizado.
La necesidad de la completar la nación.
Expresión de la potencia de la nación Aymara.
El nacionalismo Aymara como respuesta geopolítica e
histórica de todos los aymaras, Kollas
de Bolivia, Perú, Chile y Argentina.
Los principios rectores de la re- constitución de la nación
son:
La autoafirmación: la gestión de los nacionalistas con la
nación.
La satisfacción y plenitud del ser nacional: comunidad
imaginada.
Prácticas culturales: comunidad étnica y racial.
Respuesta a la condición colonial, la afirmación de lo propio, y el yo humano.
Territorio: posesión innata y de derecho.
La constitución de
la Aristocracia Aymara
El nacionalismo Aymara comprende la completitud y plenitud
de la nación. Si puede resumirse en una frase lo que significó la colonización
es que: fragmentó a la nación. De tal forma que tenemos una sociedad
descoyuntada, escindida, fragmentada.
No hay una relación y
reproducción cultural entre las partes diversas, entre empresarios aymaras y
universitarios aymaras, entre pueblo
aymara e intelectualidad aymara, porque el Estado colonial boliviano nos
divide. Divide al mismo aymara en su familia, padres y abuelos aymaras
divididos de la hijos aymaras; lo divide en su mismo ser, o ser aymara o fingir
ser cholo o mestizo, he ahí la degeneración del birlochaje.
A esa división debe hacerle frente la Aristocracia Aymara,
la reunificación de la nación aymara, la reconstitución de nación Kolla. Cuando
el aymara reconstituya su nación, será libre, tendrá su propio Estado.
Toda nación tiene una aristocracia, y cuando los españoles invadieron estas tierras, eliminaron primero a
nuestra aristocracia. Desplazaron al poder político poniéndose en la cima, pero
por el enquistamiento colonial, no solo reemplazaron a los individuos, sino a
la producción cultural.
Y es por eso que ellos determinan los cánones culturales,
que niegan los nuestros. Y como nación sometida y no libre, nuestra población
se ha visto en la necesidad y obligación de reproducir los cánones extranjeros, o la ambivalencia
cultural.
Nuestra nación aún
mutilada y seccionada ha logrado sobrevivir, y no sólo eso, sino avanzar, esa
la potencia aymara, el poder kolla.
Ha logrado conquistar el mercado, y sobreponerse pese a la animadversión del Estado boliviano, y
otros Estados.
Pero: tiene dinero, sin mucha consciencia. Tiene
educación, sin mucha perspectiva.
Porque nuestro pueblo hasta ahora tan sólo ha reproducido su
cultura. Es tiempo de generar nuestros propios cánones culturales, no solo
re-producir, sino producir nuestra cultura ahora y de acuerdo a nuestro
contexto. Sea bienvenida la Aristocracia Aymara, porque es la que producirá los
cánones de producción cultural aymara. Canon
del aymara triunfador, culto, bello, virtuoso, etc.
Respuesta al
marxismo, al anarquismo y al nacionalismo boliviano
Como se habrá constatado, el nacionalismo boliviano es un fracaso, y es incompatible con el
nacionalismo Aymara. Sea el nacionalismo liberal del MNR, o sea el nacionalismo
exótico comunista del MAS, son la negación del Aymara, y por tanto, los
anti-aymaras. El aymara busca su propio Estado y no puede convivir y depender
de otro.
No hay otra forma de hacer nación, este es un país de indios
Aymaras.
A los comunistas hacerles notar que como nación creemos en la burguesía y no solo el proletariado;
que apoyamos la acumulación de riqueza a nuestros qamiris (burgueses aymaras)
para que logren acumular más; apoyamos la economía de mercado porque nuestra
población ha demostrado que es capaz de jugar con sus reglas y adaptarse, hasta
incluso triunfar. La economía de mercado es útil al aymara. Y si hay pobreza,
solo el Aymara podrá sacar de la pobreza al aymara cuando tenga su propio Estado.
A los anarquistas informarles que los aymaras, desde el
principio del indianismo y el katarismo, buscan el poder, la composición de su
propio Estado a su semejanza. Tiene un sistema social jerarquizado y muy bien
ordenado. Es moderno y citadino, y busca nuevas formas de co-existir con el
mundo. Ni está estancado en el campo y la comunidad ideal, ni solo es capaz de
la producción agrícola, también propende a las artes liberales, a la formación
de alto nivel, y a los placeres humanos.
Tanto el marxismo como el anarquismo, en este territorio,
han caído en anatopía y anacronía.
El Aymara debe seguir su propio camino, y a nadie más. Esta
es una cuestión política, no ética, no moralista, por tanto, ni es de interés responder a derroteros ajenos, a culpas de
extranjeros, a sueños de hippies, o satisfacer
prejuicios externos.
Si estas ideologías exógenas quieren hacer política, los
invitamos a sumarse al nacionalismo Aymara.
Es tiempo de dividir las aguar turbias de las claras, como
nos ha enseñado la historia.
Como sucedió con Zarate Willka, aparentan ser amigo del aymara, pero lo
traicionan y se unen contra el indio, se
dan la mano una vez más entre izquierda y derecha para mantener el Estado colonial boliviano.
Esta es la encrucijada: O se unen al Aymara o están en su contra.
O apoyan las aspiraciones y demandas aymaras, o solo nos utilizan y traicionan
para sus propósitos comunistas, anarquistas o coloniales. Sólo el Aymara, liberará al Aymara.
[1]
Estudio comunicación y filosofía, y es miembro fundador del MINKA y del
Nacionalismo Aymara.
[2] En
este pequeño tratado, Aymara es sinónimo de Kolla. No entraremos en mayores
detalles históricos y sociológicos por el reducido espacio. Sin embargo, debe
enfatizarse en dos motivos importantes: primero, se debe desmontar el mito de
que aymaras y kechuas son lo mismo, y que Kolla es equivalente a Aymara-Kechua.
Tal idea no ha hecho más que retrasar el proceso político de cada nación.
Segundo, el Kolla es Aymara, no kechua, y se alude al tal termino Aymara para
mayor claridad e identificación en
nuestros argumentos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario